La complejidad de un sistema físico es en gran parte dependiente al número de cuerpos que estén interactuando entre sí, y el número de maneras en las que pueden interactuar. Con el sistema solar, por ejemplo, se tienen 9 cuerpos, los planetas y el sol, y un solo método de interacción, la gravedad. Por eso es posible calcular las posiciones de estos cuerpos cientos de años hacia el pasado o el futuro.
Pero en un sistema de turbulencia, cada átomo es su propio cuerpo, y existen múltiples fuerzas de interacción entre este átomo y sus vecinos. Por lo tanto, el número de variables a considerar es incomprensiblemente enorme. Es pos esto que no existe una solución analítica a la turbulencia, solo ciertas aproximaciones numéricas.
La complejidad de un sistema físico es en gran parte dependiente al número de cuerpos que estén interactuando entre sí, y el número de maneras en las que pueden interactuar. Con el sistema solar, por ejemplo, se tienen 9 cuerpos, los planetas y el sol, y un solo método de interacción, la gravedad. Por eso es posible calcular las posiciones de estos cuerpos cientos de años hacia el pasado o el futuro.
Pero en un sistema de turbulencia, cada átomo es su propio cuerpo, y existen múltiples fuerzas de interacción entre este átomo y sus vecinos. Por lo tanto, el número de variables a considerar es incomprensiblemente enorme. Es pos esto que no existe una solución analítica a la turbulencia, solo ciertas aproximaciones numéricas.